sábado, 16 de octubre de 2010

El viaje a la Luna de George Méliès


Reconocido como el primer cineasta de filmes de autor (el escribía sus historias e inventaba sus trucos), y por ser el pionero en el cine de ciencia ficción; no pudo disfrutar de su fama debido a que el famoso inventor Thomas Alva Edison le robó sus copias de Viaje a la Luna (Le Voyage dans la Lune) y las distribuyó por todo Estados Unidos. Gracias a esto tampoco pudo recibir un centavo de su propio trabajo, por lo que en 1928, un periodista lo reconoció vendiendo juguetes en una estación de tren, completamente arruinado. Sí, Edison era un gandalla e incluso quiso quitarle la patente del cinematógrafo a los hermanos Lumière.



En fin, déjemos a un lado a ese capitalista "desgraciado" (imaginar esta última palabra con tono de Miami al estilo de Univisión) y mejor veamos lo que logró este genio francés. Méliès utilizaba la cámara como un dispositivo de mágia, cuando en sus tiempos el cine se esforzaba por reproducir la realidad objetiva, para él, los objetos y los hechos, sólo eran un pretexto para darles nueva forma. Un error técnico fue el origen de su cine mágico; estaba filmando el tráfico de las calles de París cuando el celuloide se atascó y el rodaje se paralizó unos instantes. Su sorpresa llegó al ver el resultado de su película; vió como un omnibus se transformaba de repente en un coche fúnebre... así, por medio de la casualidad había descubierto el truco de parada de cámara.



Ahora los dejo con este maravilloso filme de 1902


*La información fue tomada de: Müller, Jürgen. Cine de los 20. Taschen Books, España, 2007.

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